20/11/13

Miel de Avispas sobre textos de Alejandro Urdapilleta

Miel de Avispas sobre textos de Alejandro Urdapilleta 

por Pamela S. Terlizzi Prina 


Acercarse a Alejandro Urdapilleta necesariamente será contradictorio, provocador, y abismático. Siendo espectador de Miel de Avispas, de Tino Tinto, se experimenta amor, odio, piedad y violencia en dosis similares, alternando sin aviso. Uno no puede dejar de imaginar la dificultad de elegir los textos, y más aún, la de llevarlos al escenario. Ahí es donde se advierte la titánica disciplina del director y de las tres actrices, Luciana Dulitzky, Juliana Ibañez y Adriana Monteleone para lograr representatividad, identidad y unidad. 

Un programa de radio espasmódico, Miel de Avispas, conducido por locutoras igual de odiosas, nuclea a los supuestos oyentes que luego devendrán en los cuatro cuadros escénicos logrados con belleza estética y fidelidad urdapilleteana. Claro que no se puede hablar de belleza en términos corrientes. Miel de Avispas explora la belleza grotesca, el humor nacido desde el peor de los dramas, la humanidad llevada hasta extremos insoportables, dolorosos, burdos, trágicamente cómicos. 

Los cuadros centrales están montados sobre los textos El alma sagrada de tus besos, La fabricante de tortas, La paralítica y La piedad, todos pertenecientes a Vagones transportan humo, de Alejandro Urdapilleta, y logran concatenarse y no defraudar en la enorme habilidad de resolución escénica. 

Estremece Luciana Dulitzky en La paralítica, mereciendo señalar la arrolladora pericia gestual, el dominio del clima, de la capacidad de componer una criatura inmensamente compleja en el minimalismo escenográfico y la brevedad del texto. 


“La casa la veo rara,/ todo es de sal,/ todo es blanco y blindado,/ ni muebles ni nada,/ perchas y moscones negros/ que cazo a zapatillazos/ y tiro en escupideras/ llenas de engrudo/ que como…” dice Juliana Ibañez, conmocionando, llevando por primera vez este texto a las tablas. Lo dice y se toca obscenamente, convertida en un hombre sórdido, cínico, implacable.


El silencio de Mariluz, en el cuerpo de Adriana Monteleone, dice a gritos, aturde. Sobrelleva un mutismo interminable con destreza y exactitud en los climas. 


Es evidente que Miel de Avispas supera en resultado la suma de las partes. Hace una propuesta ambiciosa, que no queda en el mero escándalo. Y además, que no defrauda a quien va con sed de Urdapilleta. 

Ficha artística: 
Elenco: Luciana Dulitzky, Juliana Ibañez, Adriana Monteleone. 
Dirección: Tino Tinto 
Sala La Clac 
Avenida de Mayo 1156, CABA 
Sábados 23hs

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